lunes, 3 de mayo de 2010

Precedentes del marcador del campo de Blood Bowl

A principio de otoño del 2009, me compré un libro de introducción a la programación y un pequeño programador de PICs para empezar mi andadura, pero un golpe de trabajo y posteriormente un fallo de mi SO (windows) hicieron que se fuese apagando mi ansia de pasar horas delante del ordenador.

Fue en esa época que desarrolle la idea de hacer un campo de Blood Bowl digno para el equipo que en esos momentos manejaba y lideraba la Ojeter Sarriguren´s Chaos Cup.

Y tras este primer golpe de impetuoso ariete de higiénico trabajo manual, volví a ver el programador que compré y no utilicé. Para más inri en esos momentos, todo mi equipo informático ya se basaba en linux, dejando inútil el programador que se manejaba con un programilla solo distribuido para windows. Que puedo decir no hizo falta muchos susurros del diablo para inocularme el veneno del "código abierto", el que más o el que mucho más, todos estamos hasta los huevos de ver como nuestro ordenador con windows se convierte en un bien consumible que hay que formatear periódicamente para recuperar su control. Pese a lo dicho, particioné el ordenador y me instalé (otra vez a morir al palo) windows... solo para programar con el equipo ya comprado.

De este instante al balancín basurilla no pasó ni una quincena y de ahí a ver el campo inconcluso cero coma.

Balancín basurilla

Buenas, aquí está este pequeño robot, que su único objetivo es mantenerse en pie, apoyándose sobre sus dos únicas ruedas.

La idea surgió cuando estaba introduciéndome en el mundillo de los PIC, exactamente con el 16F628. Este es un proyecto que todo el que entra en este mundillo intenta en algún momento, dada su espectacularidad (internet está repleto de vídeos).

Una de las limitaciones era el coste, no tenía especial interés en hacer el bípedo, y ese escaso interés también se extendió a su presupuesto. Tenía que ser barato o no ser.

Y así fue, barato. Al plantearme el intento de hacerlo, recordé los cachivaches que por casa escondo (restos de un avión RC que no llegó a tener vuelo de inauguración) y que pudiesen serme útiles, y el único elemento que del que no disponía era el detector de inclinación. La opción era comprarlo o hacerlo...

Al final opté por hacer un detector de volcado, dentro de un armazón de poliestireno extruido, dos contactos indicaban si el balancín caía hacia adelante o hacia atrás en función del movimiento de una bola metálica que por el armazón corría. El sistema aunque rudimentario fue efectivo, probé con diferentes ángulos y pesos de bolas, pero apenas variaba el comportamiento del sistema (para bien o mal).

Visto el resultado me parece sorprendente que el sistema se mantuviese en pie dada la escasa calidad de los motores usados (dos servos FUTABA 3003 modificados para que no tuviesen limitadores de giro), no hay sistemas de reducción y la nula calidad de respuesta del detector de inclinación fabricado (entre los fallos vistos destacaron que la bola rebotaba y había momentos donde no se producía contacto).

Éste es el circuito usado. Los leds son usados de testigos y los pulsadores van en paralelo con los del detector de vuelco.


¡¡¡Y este es el resultado!!! las pilas están fuera del sistema, generaban demasiada inercia para tan poco par.

Creación de la caja y tablero

Después de pensar algo (no mucho) decidí que quería un campo que pudiese mover (llevar a otra casa si fuese necesario), también decidí que era más importante la jugabilidad que la estética, así que sin llegar a extremos limitaría la decoración del campo.

Dicho ésto, pensé en un campo en tres planos que formasen el cuerpo de una caja, con laterales desmontables para banquillos y marcadores. Algún ejemplo parecido vi en internet, aunque con notables diferencias.

Hasta aquí fue mi idea inicial de campo, y donde debía haber quedado.


Planchas de conglomerado 0,5 ya ensambladas. Los tres planos principales del campo


Los tres planos ya ensamblados, unidos entre si por bisagras, con los tres laterales del libro y a medio barnizar. Estos laterales se convertirán en los banquillos y la base para el edificio marcador


Imagen final de la caja


Decidiendo la estética y distribución del damero


Caja y campo. Como se ve parte del campo es desmontable para poder cerrar la caja

Damero pintado solo con color base